Ayer murió mi perra Nala, mi fiel compañera. Anteayer cumplió 12 años y hoy se ha ido, en silencio como siempre, ahora estará allá arriba corriendo por las veredas eternas.
Y como escribió Lord Byron en la tumba de su perro preferido, quiero que este sea también su epitafio:
«... una criatura que fue bella sin vanidad,
fuerte sin insolencia, valiente sin ferocidad
y tuvo todas las virtudes del hombre
y ninguno de sus defectos.».
Descansa en paz y saluda a todos de mi parte, que siempre os vais los mejores.